A poco de cumplirse dos semanas de la desaparición de Claudia Repetto y de su ex pareja Ricardo Rodríguez, la incógnita no puede develarse.
Por Fernando del Rio
Claudia Repetto (53) mide menos de un metro y medio. Exactamente 1,48 metros y esa diminuta estatura le proporciona el apodo por el cual la conocen muchos: “Peti”. Muchos son los que consideran que la “Peti” es una persona bondadosa, solidaria, poco conflictiva y que jamás le haría un mal a nadie. Por eso se esfuerzan día a día en divulgar fotografías, diseminar pedidos de colaboración y ofrecer sus propios teléfonos de contacto para que alguien pueda responder a la pregunta que todo Mar del Plata se hace: “¿Dónde está Claudia Repetto?”.
Aunque la Justicia investiga el caso como una doble averiguación de paradero sobran los motivos para creer que su ex pareja Ricardo Rodríguez (54) está involucrada en su desaparición. Todo está en el expediente que tramita en la fiscalía N°1, que está bajo cuatro llaves. Casi no hay datos que se escapen del perímetro de silencio ordenado por el fiscal Fernando Castro.
Lo que sí se sabe es que Repetto vivía con miedo y hostigada por Rodríguez, de quien se había separado a mitad del año pasado. Que el domingo 1° de marzo, entre las 19 y las 20.42 ella estuvo en permanente contacto con su amigo Fabián, lo que provocó el enojo de Rodríguez. Y que en verdad ese enojo se acentuó cuando la había visto llegar en la camioneta blanca de Fabián.
Hay indicios agregados a la causa sobre actitudes violentas de Rodríguez, no solo con Repetto (en ese caso psicológicas y de acecho) sino también con su ex mujer (físicas hasta dejarla inconsciente a golpes). Los tres hijos que vivían con él refirieron episodios en los que su padre se mostraba alterado por su separación de Claudia. También el análisis de los teléfonos del entorno de Claudia, en especial de sus amigas, certifican esa situación.
Para la familia Repetto y su abogada Noelia Agüero no hay margen para la duda: a Claudia la interceptó Rodríguez en su casa cuando ella se dirigía hacia la esquina donde su amigo Fabián la esperaba.
El intercambio de mensajes, que se interrumpe a las 20.42, y se retoma a las 21.09, es claro y supone la irrupción de Rodríguez. De pasar de estar ansiosa por salir con Fabián a “estoy muy cansada. Otro día. Beso” hay una brecha inexplicable por sentido común. Si a eso se le agrega el antecedente de hostilidad de Rodríguez hacia Repetto todo es mucho más sencillo de entender.
Lo que no puede subsanarse en esta historia es esa falla, esa grieta que impide rearmarla por completo y que es, nada menos, que la incógnita de qué pasó minutos después de las 21. En el supuesto de que Rodríguez la interceptara, esa característica física de Claudia de poco peso y altura, podría haberle facilitado la maniobra de dominarla. Por lo pronto, no hay pruebas de que ello sucediera, pero tampoco hay margen para pensar lo contrario, es decir que Claudia está ausente por su propia voluntad.
Los investigadores tienen la sensatez y capacidad para entenderlo. Son cuidadosos en sus manifestaciones pero lo saben y, de hecho, la gran mayoría de las medidas que se toman son en función de un caso de desaparición voluntaria con desaparición forzada.
En ese sentido, en la jornada de ayer continuaron los rastrillajes en playas del sur de Mar del Plata y en las del puerto, las más próximas a la Reserva. Personal policial y miembros del grupo de Rescate de Riesgos Especiales utilizaron todos los recursos sin que se conocieran resultados positivos.
Hasta el momento las cámaras de seguridad no aportaron información relevante, pero no se descarta que algunas que restan verificarse en las próximas horas puedan tener imágenes de importancia. Al respecto el fiscal Fernando Castro solicitó algunas medidas de prueba.
El otro punto que se evalúa es la declaración de uno de los hijos de Rodríguez, la cual parece ser inconsistente en algunos pasajes. Él fue el que contó a la Justicia que a las 19.30 (después de enojarse por ver llegar a Claudia acompañada) su padre le dijo que le dejaba el título de la moto y un formulario 08 firmado a cambio de dinero. También fue ese hijo el que dio las referencias de horario de llegada y salida de Rodríguez a la madrugada. Y además, él estaba en la casa junto a su padre cuando Claudia Repetto dejó abruptamente de mandarse mensajes con su amigo Fabián. La casa de Repetto y la de Rodríguez están en el mismo PH.